QUIÉN SOY

Mi nombre es Ixtzel, que curiosamente en la mitología Maya es la Diosa de las mujeres, del parto, de la fertilidad, de la medicina, la Luna, las Artes y la abundancia de la tierra.

Soy pionera en el Movimiento Revolucionario de Liberación del Parto en el mundo hispanohablante y de la Rebelión de lo Salvaje, soy mamá, partera salvaje, doula en procesos de muerte y maestra.

Inicié en el mundo del parto autogestionado a los 6 años, al presenciar el parto sin asistencia de mi madre, quien padecía de preeclampsia. Desde entonces, y habiendo acompañado mi primer parto a la edad de 14 años, llevo la mayor parte de mi vida sumergida en las profundidades del proceso del nacimiento.

Hasta ahora he presenciado cientos de partos, la mayoría de ellos en comunidades rurales, lejos de un hospital y he acompañado a miles de mujeres en distintos procesos psicológicos, emocionales, espirituales y físicos dentro de las aguas de la vasta experiencia que es habitar un cuerpo de mujer.

Creo firmemente que el embarazo y el parto son procesos fisiológicos maravillosamente normales y perfectamente seguros, fina e impecablemente afinados a lo largo de más de doscientos cincuenta millones de años de evolución mamífera.

Creo que estos procesos no deberían ser medidos, manipulados, ni mucho menos controlados o intervenidos, salvo en circunstancias excepcionalmente raras.

Creo que nuestros cuerpos están intrínsecamente diseñados para concebir, nutrir, crecer, dar a luz y criar a nuestros bebés, con un mecanismo que, en la inmensa mayoría de los casos, funciona perfectamente sin necesidad de ningún tipo de apoyo externo.

Creo que si en nuestro cuerpo cada célula trabaja en conjunto para orquestar mes a mes el ciclo menstrual; si en nuestro cuerpo un óvulo puede seleccionar un espermatozoide y transformarlo en un embrión; si puede desarrollar una placenta que nutre a ese embrión, permitiéndole evolucionar hacia un feto; si es capaz de iniciar la producción de calostro y leche materna (dos de los alimentos más nutricionalmente densos que existen), entonces, sin duda alguna, tiene la capacidad innata de parir.

Y es mi convicción más sincera que lo único necesario para que un parto seguro y exitoso suceda es, simple y sencillamente, una mujer parturienta, ni más ni menos. Todo lo demás es aliado u obstáculo.

Al no encontrar un término que englobara esta visión, acuñé el mío propio, y es así, como en el año 2018, nace el término parto y partería salvaje.

En mi acompañamiento brindo sostén y conocimientos con un compromiso inquebrantable por el respeto absoluto a mamá, a bebé y a la fisiología mamífera del embarazo, el parto y el posparto.

Celebro el misterio y la sacralidad de estos portales, guiándome siempre por principios de hermandad y autonomía, poniendo la intuición y la auto-soberanía de la madre por encima de todo.

Mi pasión es fortalecer la confianza en este proceso natural, honrando el poder innato de cada mujer para navegar por su experiencia de parto con la majestuosidad de una reina y la divinidad de una diosa, como ritos de paso que merecen ser honrados y preservados en su forma más pura.

Soy fundadora de Aponi, programa en desarrollo dedicado a la promoción del modelo salvaje de la partería, el parto autogestionado y de la atención amorosa a la salud y sexualidad de la mujer desde una perspectiva feminista y mamífera.

Actualmente, resido en una comunidad indígena en las montañas de Chiapas, y con devoción acompaño principalmente partos catalogados como "de alto riesgo", además de ofrecer una amplia variedad de terapias, acompañamientos y capacitaciones, incluyendo la aclamada Escuela Para Parteras Y Doulas Salvajes.